¿Quien dijo que era imposible llevar a los niños hasta las salas de exposiciones? ¿Quien pensó que un museo es un contenedor de ideas aburridas? ¿Se han cambiado algunas normas aceptadas por la mayoría para que todos los niños disfruten de TODAS las exposiciones?
Hoy he visitado un Museo de la Ciudad en Reino Unido y una exposición temporal sobre los Bárbaros y su arte en joyería. Ambas muestras son ejemplos complicados para conseguir que interesen a niños y lograr que no nieguen con fuerza acudir una mañana de domingo. Pero curiosamente estaba con niños pues un gran número de los visitantes eran familias en ambos casos.
¿El truco? Pues en ambos casos, junto a los objetos expositivos había juegos pedagógicos sobre las materias a tratar que lograban dos objetivos básicos en los niños: entretener y formar. Rompecabezas, juegos interactivos, contenidos pensados para los más pequeños, donde tocaban, jugaban, escuchaban o miraban por aparatos curioso y raros.
Pongo un ejemplo sencillo de comprender por los niños y los visitantes. En una sala se hablaba de las penurias de la II Guerra Mundial. ¿Cómo lograr que niños pequeños atiendan y entiendan esto? Pues en unas cajas había una docena de objetos impresos en unas placas. Ropa de abrigo, muñecas, una libreta, un paraguas, una postal, un lápiz, etc. Y se le pedía al niño que eligiera seis objetos que los niños se llevaban a los refugios durante la guerra. Solo seis, uno en cada apartado de una caja con seis huecos. Y tras eso observaban el resultado de su elección. El niño tenía que sentir la necesidad, se metía ligeramente en aquellos mundos duros.
O en otro ejemplo se le mostraba un plano sobre una mesa a su altura del centro de su ciudad y a su lado y en una caja tenía una docena de edificios destruidos por bombardeos durante la guerra. Edificios que ya no existen en su ciudad. Tenían que ponerlos (si querían y como parte de la exposición) en los lugares donde estaban, junto a edificios conocidos que ahora todavía existen y que ellos si conocen.
En cada sala había de dos a cuatro zonas dedicadas a los niños, junto a las zonas dedicadas a los adultos. Todo mezclado, compartido, pues algunos adultos también se agachaban a completar los juegos. ¿Quien dijo que los niños se aburren en las exposiciones?