Javier Riaño de Antonio es un artista
castellano que experimenta con las miradas y los gestos de sus personajes hasta
convertirlos en atrayentes e incluso atractivos, algo que parece imposible tras
la primera mirada.
Sus pequeñas esculturas atrapan aunque hay que
tener valor para tenerlas cerca. Esta cabeza es un ejemplo perfecto de la
belleza más fea posible.