La Lonja de la Seda o de los Mercaderes de la ciudad de
Valencia es un ejemplo contundente del gótico civil y es Patrimonio de la
Humanidad por su bella construcción y por su excelente conservación. Un edificio al que hay que visitar si acudes a Valencia, sin duda.
En la planta alta podemos contemplar un excelente artesonado
en el techo del que dejo un detalle, lleno de figuras todas distintas, tal vez
mal iluminadas pero hay que pensar también en su conservación y que da muestra
de la riqueza empleada en su construcción como edificio para que la burguesía valenciana
hiciera sus negocios.
En esta sala de la segunda planta es donde estaba ubicado
el “Consulado del Mar” donde se trataban asuntos del comercio marítimo.
Por cierto tiene un sótano donde se reunían casi en secreto
los mercaderes a realizar acuerdos ajenos a las normas legales, tratos “en dinero negro” o apaños que deseaban realizar fuera de la vista del resto de
mercaderes. Es visitable.
La construcción de la Lonja de Valencia es anterior a la
Lonja de Zaragoza, pero posterior a la de Barcelona o Palma, todas ellas
construidas desde la Corona de Aragón para gestionar el comercio desde y hacia
el mar Mediterráneo y como atracción económica de las grandes ciudades para
gestionar sus negocios.
Se llama Lonja de la Seda por ser este artículo uno de los
más pujanza comercial de la época, en una Valencia muy importante con gran número
de industrias textiles.
Una Lonja era no tanto una sala de subastas o solo un lugar de
compra venta como sobre todo un edificio para una actividad similar a los grandes bancos actuales.
Se
compraba y se vendía pero también se prestaba, se reclamaban deudas o se
fijaban los precios de los intereses y los tipos de avales.