Los museos nunca más deben ser simples almacenes de “cosas
bonitas” de “cosas que hay que guardar” o al menos y sobre todo no deben ser
solo eso. El Museo Reina Sofía presenta 'Playgrounds. Reinventar la plaza' una
exposición para reflexionar sobre la relación que las personas debemos tener
con el arte, con el juego e incluso con la plaza pública, con la plaza del
pueblo.
El Museo Reina Sofía es un ejemplo de lugar de paso, curiosamente
es un gran edificio al que se puede llegar para visitar grandes exposiciones
pero también para sentarse en su jardín como ya sucede en otros muchos. Un
lugar “completo” donde podemos ir a tomar un café, ver unos cuadros, hablar,
leer, ver una película, pasear, descansar, contemplar, inspirarse. Un sitio
donde quedarse, donde beber ese aire de creación, de pensamiento, de pregunta
constante. Una plaza común donde sentarse a seguir viviendo.
Hoy las calles de nuestras ciudades empiezan a tener color,
formas y sensaciones al empuje de ciertas actuaciones artísticas efímeras pero
eficaces. Es posible pasear y sentir más que antes. Hoy el museo se nos abre a
la calle también, hoy se valora lo “bonito” de muchas otras formas que estando encerrado
entre cuatro paredes de un viejo edificio.
Convirtamos el arte en un carnaval de color, de preguntas,
de sensaciones. Aprendamos a tocar, a escuchar, a oler el arte. Aprendamos a
crearlo, a sentirlo, a valorarlo en su justa medida, solo en su justa medida.
Perdamos el miedo a tocarlo y a crearlo. Solo así sabremos valorar mucho más
las maravillas creadas por nuestros antecesores y que nos pertenecen a todos
los habitantes, también a los no nacidos.
El cuadro es de Picasso y titulado “Le Sauvetage” del año
1932.