Salgamos de un lugar donde una silla nos espera sin más añadidos. O es para amordazarnos o es para torturar nuestros pensamientos. Si la silla está sujeta con clavos para no caerse, así te sujetarán a ti para mantenerte quieto sobre las tablas y adueñarse de tu pensamiento. No les importas, solo quieren saber qué piensas. Sal de allí con rapidez.