El artista de New York Jan Huling cambia objetos comunes
como rostros de niños o animales, juguetes o elementos comunes de la vida, hasta
convertirlos en pequeñas obra de arte, transformadas a veces y sin perder sus
formas conocidas, hasta convertirlas en irreconocibles si no prestas mucha
atención a los colores y los aspectos finales.
Con diminutos cuentas brillantes y coloreadas va formando la
piel de estos objetos, pegando las cuentas hasta formar los objetos finales, trabajados
lentamente y casi de forma zen por las muchas horas de artesana dedicación
hasta lograr los colores y las formas deseadas.