A veces una pequeña obra en un rastro, en una exposición
callejera, en una pequeña sala de arte, te enamora. Tal vez el motivo, la
iluminación, el encuadre, el color, el punto de vista, el mensaje que crees leer,
la simplicidad, la suavidad.
Esta marina estaba dentro de una pequeña jaima en una plaza de
Madrid dedicada al Arte y me gustó por su limpieza. Y me la traje en mi cámara para observarla de
cerca. Era anónima para mi, no para su autor, hasta que me escriberon según se ve en los comentarios. La artista es Ana Rendón Blanca.
Es simplemente una bella obra. Dulce y muy tranquila, que trasmite sosiego.
Es simplemente una bella obra. Dulce y muy tranquila, que trasmite sosiego.