Son brazos al sol, al cielo, buscando la salida y el abrazo.
Hay que arrimarse a quien nos tienda sus brazos, aunque a veces pinchen. Si abre su defensa es que necesita ayuda. Y si se abre, debemos dársela y como poco escucharle.
¿Hablarán estos hierros?
Hay que arrimarse a quien nos tienda sus brazos, aunque a veces pinchen. Si abre su defensa es que necesita ayuda. Y si se abre, debemos dársela y como poco escucharle.
¿Hablarán estos hierros?