Cuando los fríos envuelven las tardes, en los bosques se empieza a hablar de desnudez, de vacío, de silencio. Tal vez sea el otoño o ese final de invierno que todavía preocupa a los calurosos.
Pero todavía hay algunas flores que nos hacen creer que no todo será un vacío apagado. O en cambio, ya empiezan a salir algunas hojitas con o sin flores que nos quieren advertir que la nueva vida podría volver en cualquier momento. Todo sigue siempre.