La Crucifixión
de Juan de Flandes (pintor más conocido por las pinturas que realiza en
Castilla desde 1496 hasta 1504 en que está al servicio de Isabel la Católica)
pinta esta obra al óleo sobre tabla entre los años 1509 y 1518, muerta ya la
Reina y trabajando en Salamanca y Palencia para la iglesia.
Este cuadro se
hace para la Catedral de Palencia, en concreto para su Retablo Mayor, donde la
posiciona en la calle central del retablo.
Es un cuadro
de visión baja, escuela italiana y gran monumentalidad. El semicírculo inferior
que se forma con las cabezas de todos los personajes que rodean la escena le
confiere una gran belleza, unido a los pequeños detalles realizados con gran perfección,
remarcando huesos, lágrimas o piedras pequeñas, que confieren a la obra un
atractivo muy atrayente al espectador.