Las calores apuran el día y a la caída del sol de verano siguen convirtiendo en pegajoso el asfalto de las grandes ciudades.
Los pocos viandantes buscan las sombras y se apartan de los centros, escapan de la luz, huyen del calor excesivo.
Todos los veranos son iguales, hermosos en la vacaciones y duros en los trabajos. Pero ya estamos acostumbrados.
Excepto en Gran Bretaña en donde tener 32 grados parece mortal en las noticias inventadas de los veranos sin noticias.