26.5.13

Una acuarela difuminada por y para Chema

La belleza de las acuarelas está en su dulzura, en sus difuminados que crean formas, en su color puro, en su rapidez, en la sensación de que todo se te está escapando un poco, como perdiéndose al mirarla pues se está destruyendo mientras continúa difuminándose todo su contenido.

Una acuarela aguada es un ente vivo, que parece moverse incluso como flotando entre esas aguas que la han difuminado. Los paisajes sin detalle serían los ejemplos más claros de esta posibilidad artística distinta pero ideal para crear ambientes. Por ti, Chema.