Cuando los árboles fallan, los creamos. En esta amplia paseo a la orilla del Mediterráneo las palmeras naturales tardan en crecer, quedan todas iguales, se pueden morir pues están vivas. El arte puede cumplir la función de engañar, de crear y provocar, de completar si es necesario.
Estos árboles dan sombra y no hay que podarlos, no crecen ni se mueren, pero hay que pintarlos. ¿Se imaginan si tuviéramos que ir pintando todos los árboles naturales de verde esperanza o verde primavera?