Podía ser en cualquier otro sitio, pero es una imagen de Córdoba.
La religiosidad está disfrazada de verde y rojo.
La Virgen es de tierra de encinas, de jaras y bosques mediterráneos.
Es cerca de Pozoblanco en donde hablan de la aparición de la Virgen en el siglo XV en el quinto de Navarredonda, en plena dehesa de la Jara que compartían las Siete Villas de los Pedroches, entre las que estaba incluida Pozoblanco.
Los pozoalbenses la invocaban con rogativas y la procesionaban en los momentos de necesidad o peligro, como cuando había falta de lluvias (“por los buenos temporales”) o en el caso de epidemias.
Aquí le ponen cirios y macetas de flores blancas. Es la fe.