Tras las lluvias y fríos vienen los soles en ayuda de las flores frutales. Es la vida que aparece para asegurarnos que todo sigue igual, que seguimos avanzando aunque no tengamos claro hacia donde. Somos ajenos a lo importante, que aparece sin preguntarnos nunca si estamos preparados para ello. Tal ves si pudiéramos detener lo inevitable cometeríamos el error demasiadas veces, por miedo casi siempre, de no dejar que naciera la primavera.