Cuando uno viene del campo, de unos días oliendo hierba y escuchando a las flores, que también hablan pero bajito, todo le parece falta de color, de aire, de silencio.
Nos vamos acostumbrando a lo artificial, a lo hecho por nosotros.
Pero la belleza se esconde en las pequeñas cosas, en lo leve, en lo que solo podemos mirar unos días pues enseguida desaparece.
Hay colores que embriagan.