Los nuevos caminos siempre son rematadamente complicados aunque lleven a una meta maravillosa. Pero cuando estás dentro del camino es difícil imaginarte el lugar al que te acercas, al sitio a donde vas. Solo ves, a veces, lo duro que es el camino, lo complicado que resulta ir avanzando por la vida.
No mires al suelo, fija tu mirada en el frente y contempla lo que sucede. Cuida en no caerte pero piensa de donde vienes y a donde quieres llegar.
Nadie se acuerda de los caminos cuando ya se ha llegado a la meta, excepto que sean precisamente estos la meta que quieres alcanzar con tu marcha.