Pero cuando estás dentro del camino es complicado imaginarse el lugar al que te acercas, al sitio a donde vas.
Solo ves —y a veces— lo duro que es el camino, lo complicado que resulta ir avanzando por la vida.
No mires al suelo, fíjate solo en el frente.
Cuida en no caerte pero piensa de dónde vienes y a dónde quieres llegar.
Nadie se acuerda de los caminos.
Excepto que sean precisamente estos, la meta que quieras alcanzar con tu marcha.