Los colores nunca están solos, se acompañan para darse vida. Un color, sin luz, no existe. Un color sin otro color a su lado pierde fuerza, ya no es lo mismo. Los colores necesitan contraste, complementarse con los contrarios, diferenciarse sobre fondos y sombras. Los colores son como las personas, necesitan a otras personas para destacar, aunque a veces sea a costa de apoderarse de sus vecinos.