Era una exposición de la artista japonesa Yayoi Kusama en Madrid. El conjunto de la escultura con la señora vigilante quieta como otra escultura me pareció perfecto. Pero ella pensó que estaba fotografiando solo a la escultura e intentó desplazarse para no molestar.
La realidad es que me pareció maravillo el conjunto primero, ella y su modelo. El modelo y ella sentada.
Pero fui lento, yo y la cámara.
La escultura de Yayoi Kusama dice la mitad sin la conserje sentada impertérrita en la silla. Pero no me dejó pillarla desprevenida. Un intento perdido de una imagen aceptable.
Nadie podrá decir que la modelo de verdad se nos movió, ni que yo lograra pasar desapercibido.