Siempre nos lo han dicho, lo importante no es el camino, sino la meta.
Si hubiera sido pequeño de estatura no se me hubiera visto entre tanta hierba alta que rodeaba aquel camino.
Si hubiera sido pequeño de estatura no se me hubiera visto entre tanta hierba alta que rodeaba aquel camino.
Pero mi altura me delataba y sobresalí desde el camino buscando la salida, intentando simplemente escapar de allí para buscar una dirección recta, un lugar en donde no tuviera que estar tan pendiente del camino y más de la meta.