Las grullas son gregarias y aristocráticas voladoras, son visitantes ocasionales que vuelven todos los años a enseñarnos la fidelidad como valor que se repite.
Si no vinieran, el fin del sistema ya habría llegado.
Ahora a mitad de noviembre las estamos esperando, pues nos preocupa que no hayan querido venir este año.
Necesitamos que vengan, para creernos que todo sigue igual.