Hay flores imposibles, flores como banderas o flores maravillosas. Todas son ejemplo de vida curiosa, casi increíble a veces. Pero son vida que se nos muestra a los ojos simplemente para disfrutar. No es posible encontrar más bondad en una vida que la de crecer para agradar, para que quienes acudan a ella logran disfrutar de su compañía ¿no? Una flor puede trasmitirnos olor, color, luz, pero sobre todo sensación de vida formada para agradar, para ser contemplada. Por cierto, hay que dejarlas vivas en su lugar de origen para que las encuentren los que vienen detrás. Imagen de Julio Puente