Durante el reinado de Isabel la Católica, Pedro Berruguete, un pintor de Paredes de Nava en Palencia, era considerado el mejor pintor religioso flamenco, que trabajó para muchas iglesias castellanas por encargos de muy diversos grandes hombres de la época.
Una de sus obras más conocidas es “La Virgen de la Leche” de las que hay varias obras diferentes del mismo autor, en donde mezclando pinceladas de arte nórdico y arte italiano nos muestra a una muy joven Virgen María amamantando con sus pechos al Niño Jesús. En este cuadro del Museo Municipal de Madrid, la Virgen está sentada enmarcada entre detalles góticos y renacentistas y un techo mudéjar como queriendo dejar constancia de las tendencias artísticas de aquellos años. Es un oleo pequeño sobre tabla de finales del siglo XV.
En este tipo de pintura es muy normal que la Virgen mire al niño mientras este se distrae momentáneamente mirando hacia el pintor, como en una instantánea fotográfica.