La película The Artist tras conseguir 5 Oscar y 3 Globos de Oro nos debería hacer recapacitar sobre hasta donde estamos llevando el cine (o al sociedad) en estos años revueltos.
No resulta muy entendible que en el año 2012 se le entregue tanto premio y tan importante a una película muda, en blanco y negro y con un perro como protagonista novedoso.
Elementos todos que deberían haber llevado a la película francesa a ser reconocida pero no precisamente con los mayores premios del cine mundial. Es tanto como reconocer que en este año ninguna película sonora, en color, con elementos actuales, relatando historias de este nuevo siglo, han sido peores que The Artist.
Reconocer esto debe ser duro para los que se dedican a escribir guiones, a los que trabajan en el cine, desde actores a todo el elenco de artistas del mundo cinematográfico. No estoy diciendo que no sea una película brillante, maravillosa incluso en algunos momentos.
Simplemente estoy dudando de que sea positivo reconocerla como la mejor, a costa de las que han quedado peores.
La vuelta a idiomas viejos, aunque sean tratados hoy con todo el mimo y cuidado, me da miedo.