Todas las revoluciones, pequeñas o grandes, han dejado bellos ejemplos artísticos de evolución, de mensajes momentáneos, de gritos al aire para que cada uno puede expresar sus ideas con las mejores maneras que saben.
El Movimiento del 15M —de momento un movimiento de primavera que no parece querer continuar en el calor del verano—, dejó en la Puerta del Sol bellas imágenes novedosas, estampas que se han guardado para la crónica de nuestra historia reivindicativa, para bien o para mal.
No es posible decir si la construcción artística es buena o mala, de calidad o no. Es simplemente el momento, el trabajo que nos retrata, la forma que hemos sabido emplear, para plasmar las ideas y quejas. El tiempo nos dirá qué hicieron los jóvenes el 15M en todos los campos posibles.