La obra escultórica tiene personalidad propia, con una fascinante y aparente contradicción, que se capta a través del poder físico de sus personajes, perfectamente armónicos, unido a la fragilidad de la persona mediante dispares actitudes, que puede verse como un canto a la libertad y al triunfo del ser humano frente a su propia existencia.
Obras y autor, tal vez poco reconocidos todavía, pero con un largo recorrido pendiente. Se puede revisar su obra y catálogos en esta dirección