He tenido un día de exposiciones, de espacios y formas que se juntan y mueven al ritmo del aire. Si, el aire también puede tener ritmo y lograr que las formas se muevan hasta crear infinitas maneras de representar con unas líneas, diferentes diseños sobre el espacio.
Pero lo que más me ha impactado por su sencillez y rotundidad es el juego de alambre y hierro con materiales naturales, atrapándolos, envolviéndolos en el espacio, formando un todo que por separado no tendría sentido.
Parecería que estoy hablando de vaguedades, pero es lo que he visto en algunas obras de Pablo Serrano de su colección “El espacio de los objetos” o en la de “Dinámica en el espacio” que se puede ver en Zaragoza, dentro de su maravillosamente remodelado Museo Pablo Serrano, hoy llamado IAACC Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporánea.
La escultura es la pintura o el dibujo, en tres dimensiones. O al menos esta forma de explicarla, si lo necesita, es la más sencilla. Pablo Serrano juega con los vacíos, con la mirada del observador, con la luz y la oscuridad, con los movimientos del objeto o del que contempla. Una obra de Pablo Serrano no tiene ni una lectura ni cien. En cada ocasión puedes estar viendo el objeto de una manera distinta. Sencillamente es arte.