Hemos comenzado el año con calma asentada sobre las bases de la nada, con lentitud elegida, rodeado de la familia y las circunstancias, buscando alternativas a la inactividad, deseando encontrar nuevos caminos todavía inexplorados por mi.
Lo maravilloso de un Año Nuevo son sus 365 páginas vacías, en blanco, esperando con ilusión que cada uno de nosotros las llenemos de nuevos polvos, de más actividad inexplicable, de diferentes posos y lodos.
Lo maravilloso es lo que nos queda por escribir; encontrar a los lectores que todavía no saben que algún día me leerán.
Lo increíble es tener ganas de seguir peleando por la nada, sabiendo que detrás de ella se esconde el todo.