En Zaragoza tenemos ejemplos de la cerámica de Antonio Saura al alcance de la vista de todos. Es una serie de pequeños habitantes curiosos y monstruosos que reciben a los visitantes de un Centro Comercial desde la entrada para que se viaje más acompañado por las calles comerciales del lugar.
Una serie de figuras llenas de color y luz que asombran a los pocos que las miran al entrar pues no siempre sabemos mirar hacia las alturas, donde se esconde la luz y lo curiosamente poco visto. Antonio Saura no sé qué quiso reflejar en ellas, de momento si que representan además del logotipo del Centro Comercial Grancasa, la pincelada artística de un artista aragonés muy querido por estas tierras.