
Así de sencillo y de complicado a la vez para un grupo de niños que debían elegir una parte de un todo, aquella que les produjera, sin ellos saberlo, algo en el cerebro, y después intentar copiarlo a “su manera” en un papel.
Excelente ejercicio educativo que por sí solo da sentido a que en las grandes ciudades existan Museos de Arte Contemporáneo, vivos y con sentido formativo, para la gente que viene aprendiendo.
No todo va de ser televisión o deporte. Existen más cosas.