El artista Juan Muñoz consiguió con una retrospectiva en el año 2009 en el Reina Sofía, que sus obras de arte estén muy vivas después de su prematuro abandono de su trabajo por un problema cardíaco.
Logró que los espectadores hiciéramos filas para formar parte temporal de sus obras, casi se diría que inacabadas, en espera de que las llenemos con nuestra presencia.
Unas obras casi vivas que se mueven o gritan, que dejan luces y espacios para que todos nosotros formemos parte de las mismas, entrando literalmente en algunas de ellas, pisando el lienzo para ser una escultura más, para que nuestra presencia pueda ser contemplada por el resto de espectadores.
Juega con nosotros, y nosotros con él y su obra. Y eso es importante, pues lo ofrece a la obra una vida animada con objetos inanimados.
El montaje del Museo Reina Sofía de Madrid fue excelente, una nueva manera de entender los museos, para que sean vivos y cambiantes, según las exposiciones temporales que se crean.
Juega con nosotros, y nosotros con él y su obra. Y eso es importante, pues lo ofrece a la obra una vida animada con objetos inanimados.
El montaje del Museo Reina Sofía de Madrid fue excelente, una nueva manera de entender los museos, para que sean vivos y cambiantes, según las exposiciones temporales que se crean.