El arte decayó como actividad importante durante toda la Edad Media, ya que siguió cumpliendo funciones principalmente religiosas y didácticas, se perdió el protagonismo individual y el estatus intelectual que había tenido en la Antigüedad clásica. Y fue a partir del Renacimiento, en el siglo XV, cuando el arte recuperó y transformó su papel central en la historia occidental.
En el Siglo XV, y sobre todo desde Florencia primero y el aumento del Humanismo como filosofía social, el arte volvió a ocupar un lugar destacado a partir de la primera mitad de ese siglo XV, especialmente en ciudades italianas como Florencia, luego se extendió hacia Roma y viajó a otros centros culturales europeos de la época.
El cambio se debió a una serie de factores históricos y culturales. Hubo un redescubrimiento de la Antigüedad clásica. Se recuperaron los valores, técnicas y temas de la cultura grecorromana, como la armonía, la proporción, la perspectiva y la representación realista del cuerpo humano.
El ser humano pasó a ser el centro de interés, desplazando el teocentrismo religioso medieval. El arte se convirtió en un medio para explorar la naturaleza, la ciencia, la anatomía y la expresión individual, y el artista fue considerado un creador y un intelectual, no solo un artesano.
El ser humano pasó a ser el centro de interés, desplazando el teocentrismo religioso medieval. El arte se convirtió en un medio para explorar la naturaleza, la ciencia, la anatomía y la expresión individual, y el artista fue considerado un creador y un intelectual, no solo un artesano.
Las élites urbanas, como los Médici en Florencia o los Papas en Roma, financiaron y encargaron obras de arte como símbolo de prestigio, poder y refinamiento cultural. Esto permitió a los artistas desarrollar su creatividad y alcanzar un estatus social elevado. El desarrollo de nuevas técnicas como la perspectiva matemática, el óleo, el claroscuro y el estudio sistemático de la naturaleza y la anatomía impulsaron una revolución artística sin precedentes.
El auge y crecimiento de nuevas ciudades prósperas y de una burguesía culta creó una demanda de arte secular y privado, no solo religioso.
El arte renacentista marcó un antes y un después en todas las Artes del momento, la pintura, la escultura y la arquitectura se convirtieron en actividades intelectuales y creativas de primer orden, y los artistas en figuras admiradas y reconocidas.
El arte renacentista marcó un antes y un después en todas las Artes del momento, la pintura, la escultura y la arquitectura se convirtieron en actividades intelectuales y creativas de primer orden, y los artistas en figuras admiradas y reconocidas.
Grandes obras y artistas como las realizadas por Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael o Botticelli simbolizan este resurgir, que se expandió por Europa y sentó las bases del arte moderno.
El arte recuperó su papel central en la historia a partir del Renacimiento, del siglo XV, gracias al redescubrimiento de la cultura clásica, el auge del humanismo y la innovación técnica. Este movimiento transformó la función y el estatus del arte y del artista, devolviéndoles un protagonismo que ha perdurado hasta hoy
El arte recuperó su papel central en la historia a partir del Renacimiento, del siglo XV, gracias al redescubrimiento de la cultura clásica, el auge del humanismo y la innovación técnica. Este movimiento transformó la función y el estatus del arte y del artista, devolviéndoles un protagonismo que ha perdurado hasta hoy