6.6.25

José Borlaf Rebollal y un relieve sobre el trabajo


El escultor vasco José Borlaf Rebollal hizo este relieve para la sede del actual BBVA de Bilbao a mitad de los años 70 del siglo XX, en la Gran Vía de la ciudad.

Se puede interpretar como una alegoría de la fuerza laboral y la transformación económica de la región vasca, y por ello aparecen figuras masculinas y femeninas realizando tareas de remolque, carga y descarga en una barca, evocando el legado industrial y marítimo vinculado a la Ría de Bilbao. 

El estilo figurativo idealizado refleja el espíritu de esfuerzo colectivo y progreso, muy presente en la cultura vasca de mediados del siglo XX.

José Borlaf fue reconocido en el mundo artístico por sus relieves en piedra y bronce, que sobre todo exaltan el trabajo y las tradiciones vascas. Estuvo 18 años trabajadno la escultura en los EEUU.

5.6.25

Boceto de Isidro Ferrer


Hace unos años el artista y diseñador Isidro Ferrer me regaló sin saberlo un libro de Eduardo Galeano. Curiosa realidad. Me lo regaló sin saber a quien se lo regalaba. 

Y dentro del libro incluyó unos pequeños bocetos de obras suyas, como regalo añadido al hermoso libro y una dedicatoria que he encontrado años después. Sí, la puso escondida y firmada para no molestar al libro.

Un genio. Una genialidad. Y uno de esos bocetos es el que os dejo arriba.

Conservo estos bocetos como un regalo añadido de gran valor. Con sumo cariño por la casualidad que representan. El libro lo envolvió Isidro Ferrer para un regalo que organizaba el Ayuntamiento de Zaragoza en un intercambio de libros, abierto a toda la población zaragozana.

Nadie podía sospechar que fuera a caer en manos de un antiguo pero leve conocido de Isidro Ferrer, pues algunas (pocas) veces fue cliente de mi empresa. Cuando era diseñador junto a otros dos socios y ya destacaban sus trabajos (los de los tres) por su originalidad y diferencia.

Aquel "Estudio Camaleón" abrió caminos modernos en la manera de entender el Diseño Gráfico, más allá del intentar mostrar y vender productos, sino queriendo contar historias a través de los trabajos que tampoco hay dudas, debían servir para vender más y mejor el encargo.

Es un lujo para mí, conservar trabajos de varios diseñadores de aquella época, originales que me regalaron, pero siempre sabiendo ellos a quien se lo regalaban. En este caso Isidro Ferrer nunca supo que quien conserva esos bocetos es un amante del Arte.